lunes, 8 de febrero de 2010
ADIOS GILDA…ADIOS.
Mañana se irá…y hoy me la encontré pequeña, cabizbaja, asustada y temblorosa, como el día que llegó.
Nunca podré olvidar el gesto curioso de su cara, aquel febrero cuando fuimos a buscarla, era pequeña e indefensa como si de un juguete se tratara.
Al principio fue mi bebe, la trataba como tal, la lavaba cada día, le daba biberones, la perfumaba y la sacaba a pasear en una mochilita colgada de mi pecho.
Luego fue mi compañera, pasábamos el día juntas y siempre estaba bajo mis pies, sí yo cocinaba, si estaba limpiando los cristales o fregando el suelo del pasillo, no me dejaba ni un segundo, y mas cuando mi cuerpo empezó a cambiar y ella observaba que algo crecía dentro de mi, en nada se convirtió en una canguro ejemplar.
Mas tarde llegaron los problemas y se convirtió en mi amiga, mi confidente, y hasta mi paño de lagrimas.
Fue mi compañera de cama y de camino, y Luna fue nuestra guía.
Las cosas cambiaron de forma radical y aunque lo intente, no podía darle lo que se merecía, sustituimos su calida terraza por un sofá cutre en una triste habitación y muchas horas de soledad…no era lo mas conveniente.
Tuvimos que distanciarnos, no del todo, pero si un poco, aunque ya no compartíamos el día a día, siempre teníamos tiempo para una escapada de fin de semana. Pasábamos las 48 horas corriendo, jugando, haciéndonos fotos y tomando en sol…
Hoy se despedía de mí con la mirada triste y distante y casi sin fuerzas para sostener la cabeza.
Mañana la acompañaremos para darle el último adiós, sus tres puntos de apoyo.
Su dueña y su amiga que soy yo,
Su dueño, que siempre se hizo cargo de ella,
Y el que se convirtió en su pedestal, su maestro, y su compañero de fatigas, su incondicional amigo Pepe.
Gilda formó parte de mi vida, en los buenos momentos, y en la etapa mas dura…y ahora en los momentos más duros de la suya me alegra saber que alguien como Pepe estuvo con ella.
Desde mañana habrá una estrella nueva en el cielo, y desde mañana mi corazón tendrá una herida más.
Te queremos Gilda.
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2 comentarios:
si puediera transcribir las lágrimas, éstas serían en recuerdo de una perrita que siempre fue una cachorrita juguetona, pesada y amorosa. Descansa en paz.
Adiós Gilga, adiós. Es una pena, si.
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