Rebeca tiene un aspecto peculiar, es pequeñita con un pecho voluminoso, y una melena rizada y pelirroja.
Su piel es morena en cualquier época del año y la primera impresión que te da cuando la ves, es de ser una persona seca, seria y algo estúpida…a veces realmente es así, pero otras muchas, otras muchísimas…es sensible, cariñosa y muy buena amiga.
Es una de las que están siempre, de las que te pregunta, y se interesa por tus cosas, siempre por encima de las suyas y tal vez te ha llamado para contarte sus dolores o sus penas, para desahogarse contigo…pero si considera que tu también lo necesitas no le preocupa quedarse sin tiempo, y si cree que te ha ayudado se da por satisfecha y cierra el capitulo de su corazón y se lo guarda para otro día.
Rebeca da consejos, siempre. Buenos consejos, de los que duelen, esos que nunca quieres escuchar y que jamás te gustaría cumplir por que sabes que lo vas a pasar mal…pero PARA ESO ESTAN LAS AMIGAS. Te dice ella –para cuando lo pasas mal-
A veces me gustaría estar mucho mas cerca de ella, cuando sufre, cuando no esta bien, y enterarme mas de sus cosas, y acompañarla mas en su camino por la vida. Casi cada día pienso en ella y en sus cosas, pero nunca nos vemos con la frecuencia que me gustaría. Nuestras vidas van por caminos distintos, pero siempre encontramos huecos para las puestas en común.
Rebeca lo comparte todo…ELLA ES ASI. Comparte a su familia, a sus amigas mas intimas, las cuales haces tuyas con facilidad, comparte sus días de sol en el chalé, comparte sus cenas de chino, su sabiduría y hasta a su marido si lo necesitas de canguro.
Es una buena persona, y detrás de ese carácter serio y reservado, se esconde una persona de ideas claras, firme en sus decisiones y fiel… fiel a todo: a sus amigas, a su hijo, a su esposo (por supuesto) a su vida, fiel a si misma.
Es una tía legal, que me aporta mucho. Cuando llevo tiempo sin verla, nota como un vacío que me oprime ligeramente el pecho. Y tras una sesión de Rebeca…vuelvo a casa con una sensación reconfortante de plenitud.
Ella, su marido, su Sandrita, su familia…siempre me han aceptado, respetado, escuchado y muchas veces hasta guiado.
Rebeca forma parte de mi vida, parte de la vida de Luna, y aunque a veces estemos lejos, nuestra relación, no sufre altibajos, por que nos queremos.
Y una amistad así se lleva siempre en el corazón.
Sabes que eres un sol, y que mi mayor deseo es que tu luz guíe por mucho tiempo mis pasos.