

-No me quiero hacer mayor- me decía.
Pero sin darse cuenta sus gustos, sus ídolos, y sus fantasias...están cambiando.
Que lejos queda ya la Isla de los niños perdidos...y que cerca están ya los escenarios de grandes conciertos.
El tiempo pasa, y aunque yo tampoco quiero hacerme mayor, Luna crece entre mis dedos y ni quiero ni puedo frenarla.


Dentro de poco no podre colgar fotos suyas en mi blog...
y " LA VIDA DE UNA PUTA REINA"...sera la suya.
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